Cuando se combinan tener buenos hábitos, una dieta equilibrada y realizar deporte, obtenemos una manera saludable de mejorar nuestro peso. En esta oportunidad vamos a hablar de qué debemos hacer si tenemos un ligero sobrepeso y queremos mejorar nuestra salud empezando a correr.

En los últimos años, el “running” se ha convertido en un deporte muy popular en todo el mundo. Además, ya sabemos que este tipo de ejercicio aeróbico provoca muchos beneficios en la salud y en el control del peso, la diabetes y otras enfermedades. Pero, el gran problema con el que nos encontramos en la actualidad, es que no tenemos disponibles unas directrices básicas para corredores novatos o personas con sobrepeso que quieran iniciarse en el deporte, y si no llevamos una progresión adecuada, es muy probable que aparezcan como consecuencia las terribles lesiones deportivas.

Lo primero de todo es recodar a todas aquellas personas que quieren mejorar en su rendimiento deportivo que para empezar debemos fijarnos en nuestra nutrición diaria.

Este es uno de los principales problemas al que nos enfrentamos en nuestro día a día, nos bombardean desde multitud de frentes ya sean anuncios, televisión, redes sociales sobre lo que es o no correcto, y tenemos que recordar que todo requiere un esfuerzo para obtener una recompensa. Tenemos que intentar huir de aquellos métodos o productos que nos prometan resultados a corto plazo y trabajar mejorando nuestra alimentación diaria y realizar pequeñas modificaciones en nuestro día a día.

 ¿Comemos demasiado?                                                       

En la mayoría de los casos, solo realizar un entrenamiento durante una hora al día no es suficiente para perder peso. Además de correr, también tenemos que seguir una dieta sana y equilibrada. Debemos evitar aquellos alimentos altos en grasas saturadas, altos en azúcar, fritos, abuso del alcohol, bollería industrial y snack o productos precocinados. Es totalmente normal que cuando se empieza a correr se experimente un aumento de apetito, por ello hay determinadas estrategias que nos pueden ayudar a mantener a raya esta hambre.

¿Comemos poco?

Este es un problema bastante habitual que nos llega a la consulta. Comer muy pocos alimentos también dificulta nuestra capacidad para perder peso. Normalmente el grupo que se encuentra más restringido es el de los hidratos de carbono. Pero es de vital importancia que los corredores, dependiendo de la intensidad y la duración de su entrenamiento, ingieran hidratos de carbono, estos serán su principal fuente de energía. También, tratar de incorporar más frutas y verduras, beber agua a lo largo del día y limitar el consumo de refrescos azucarados, cereales refinados, azúcares y sodio, así mejoraremos nuestro rendimiento deportivo y disminuiremos los riesgos de lesión.

¿Tenemos poca actividad diaria?

Aunque realicemos 3 – 4 sesiones de entrenamiento semanales esto podría no ser suficiente si tenemos un estilo de vida sedentario, por ejemplo si trabajamos más de 8 horas sentado. Por eso, se intenta inculcar que para obtener mejores resultados debemos añadir pequeños periodos de actividad física a la rutina diaria (subir las escaleras en vez del ascensor o bajarnos dos cuadras antes del lugar donde tenemos que ir).

Aunque creas que estos pequeños cambios de estilo de vida son escasos o insignificantes, van a ayudarnos a nuestra pérdida de peso y por supuesto a la mejora en nuestros tiempos en carrera.

Se aconseja tener un nutricionista a nuestro lado durante el proceso de iniciación al deporte. Ellos/as nos van a ayudar a perder peso de manera gradual mientras aprendemos a correr, y eso nos va a ayudar a evitar posibles lesiones por exceso de peso. Por otro lado nos ayudaran a tener la energía necesaria durante todo el día para introducir estas sesiones y que no estemos cansados durante los entrenamientos y en nuestro día a día.

 

 

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