#Running Se trata del corredor de ultra trail Javier Espina, quien se puso como objetivo para este 2019 competir en las tres carreras más intensas del continente que desafían a cualquier ser humano y lo llevan hasta el límite.


Correr 160km en una competencia de nivel internacional no es para cualquiera y el atleta local Javier Espina lo sabe muy bien. Ya logró ser finisher en el Endurance Challenge de Santiago de Chile en el 2017 tras correr en la montaña durante 35 horas. Con varios años de experiencia y miles de kilómetros recorridos, Javier tiene un objetivo superador para este año.

El primer objetivo será los días 12 y 13 de abril en San Martín de Los Andes con el “Patagonia Run”. En el mes de julio va por el “Ultra Amanecer Comechingón” (UTACCH) en Córdoba y en octubre por el “Endurance Challenge” de Santiago de Chile, conocida popularmente como la carrera más dura de américa.

Javier Espina entrenando en los cerros con la ciudad de Caleta Olivia de fondo.

“Son las tres carreras de 100 millas (160km) en un año, con muy poca diferencia de tiempo entre una y otra. Es mi objetivo y le estoy metiendo mucho para poder hacer esas tres. Vengo entrenando muchísimo, con muchas ganas, estoy bien motivado, cuento con dos de los mejores entrenadores que he tenido que son Franco Paredes (corredor del Team North Face, Neuquén), y Jacqueline Álvarez de acá de Caleta que me banca todos los días y se encarga de pulir los detalles. Hago dobles turnos, y los días que se puede también triple”, le contó el corredor a Patagonia Deportes.

“Hay que ver cómo queda el cuerpo después de Santiago de Chile. Esa es la que más te deteriora, ya la sufrí el año pasado en donde me quebré el dedo del pie y el año anterior la completé en 35 horas”, agregó.

El trabajo de Javier es doblemente sacrificado ya que en dichas competencias internacionales compite contra atletas profesionales. “Las inscripciones son muy caras y no tengo apoyo de ningún lado. Costeo todo yo a pulmón y no sólo es inscripción sino también alojamientos, viaje, comida, zapatillas que me las devoro en los entrenamientos, camperas que tienen que ser de calidad para que sirvan en la montaña. Por ahora sale todo de mi bolsillo, es el deporte que amo y lo hago porque me gusta pero siempre una ayuda es bienvenida ya que represento a la provincia desde hace mucho tiempo y no conozco otra persona en el sur que haga distancias tan largas”, concluyó.


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